sábado, 28 de marzo de 2015

ESGRAFIADO DE UNA VIVIENDA EN TAMAMES, SALAMANCA.



Esgrafiado en Tamames






Diferentes perspectivas fotográficas del esgrafiado de una vivienda de la localidad de Tamames, situada en la Avenida de Salamanca, número 45.

El esgrafiado fue realizado en 1881, según consta en la propia fachada con la fecha esgrafiada e integrada en el propio diseño.


Fotografías tomadas el 17 de marzo de 2015 en la localidad de Tamames, Salamanca.




























jueves, 26 de marzo de 2015

DISCURSO DE ANTONIO CEA GUTIÉRREZ EN LA PRESENTACIÓN DEL CUADRO DEL “BAUTISMO DE JESÚS” EN MOGARRAZ.




Fotografía: Andrés Barés





FLORENCIO  MAÍLLO  Y  EL  BAUTISMO  DE  CRISTO



Autoridades,  mogarreños,  amigos.



Hasta el suelo  bajó el cielo

Quiero unirme hoy a la gozosa celebración de este día grande para Mogarraz en que se estrena, como pintura y como devoción pública en este bautisterio parroquial, la pintura sobre El Bautismo de Cristo, obra de Florencio Maíllo. Ni el comitente que encargó la obra (Agustín) ni el pintor (Maíllo) podrían haber escogido un tema mejor que el de la figura del Bautista y la presencia de la Trinidad como apoteosis. Por eso decimos este 22 de marzo del 2015 en Mogarraz:

Hasta el suelo bajó  el cielo

Hemos de señalar, a lo largo de la historia de esta Sierra de Francia, la temprana e intensa devoción a San Juan Bautista, con una rica iconografía repartida por toda la comarca, figura bíblica de la que dice San Mateo (cap.11): “Entre los nacidos de las mujeres ninguno fue mayor que Juan el Bautista, sobrepuja a los profetas, excede a los patriarcas y cualquiera que nació de mujer es menor que Juan”. El honor de la devoción más temprana al Bautista en la Sierra  corresponde al lugar de Santibáñez, que toma su nombre y topónimo de este santo -“Locus Sancti Johannes”-, con un templo en el que recibía culto ya en época bajomedieval, en el sitio conocido todavía como “La Fuente de San Juan”. Así pues, se crea hoy con esta ceremonia una suerte de hermanamiento y vínculo cultural y devocional entre las poblaciones de Santibáñez y Mogarraz: Santibáñez por haber sido la primera en venerarlo, Mogarraz por implantar una devoción nueva en su templo parroquial en  el 2015.

Hasta el suelo bajó  el cielo

Creo que ha sido un gran acierto  de las autoridades de Mogarraz  (que yo recuerde es un caso único) devolver el verdadero valor litúrgico y cultural al espacio del bautisterio (que, de manera generalizada suele convertirse, en la mayoría de las iglesias españolas, en trastero), sin mover la pila bautismal del sitio que le corresponde, a la entrada y a los pies de la iglesia, porque es el espacio donde se inicia la trayectoria religiosa y espiritual del catecúmeno. Dichosos los que de ahora en adelante se bauticen en esta pila.

Podríamos afirmar que con esta ceremonia y con esta pintura del Bautista culmina la ingente obra emprendida por Maíllo, hace ya casi tres años, de inmortalizar en forma de retrato a un numerosísimo grupo de vecinos de esta villa serrana en una irrepetible Perfomance. Para Florencio este período ha sido de fertilísima creación artística y para esta población, de evidente enriquecimiento patrimonial. Literalmente y en el mejor sentido de la expresión, Maíllo “ha tirado las casas de Mogarraz por la ventana” al sacar a las fachadas los retratos de quienes fueron sus moradores. Estoy seguro, Florencio, de que la obra que tienes colgada en Mogarraz, no va a ser “la voz que clama en el desierto”, está dando buenos frutos aunque hayas encontrado innecesarias espinas en el camino.

Con esta pintura del Bautismo de Cristo realiza Maíllo un atrevido ejercicio de adscripción artística y de inspiración formal acercándose a pintores de época renacentista y barroca (reinterpretando, a la manera serrana, modelos del Bosco en el tema del Jardín de las Delicias) y, en este caso concreto del Bautismo de Cristo, rindiendo homenaje a la escuela castellana en la figura del genial escultor gallego Gregorio Fernández, como directo inspirador de la obra que estamos admirando, cuyo prototipo se conserva en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid.

Sin alterar la esencia de apoteosis trinitaria que se describe en el pasaje evangélico del Bautismo de Cristo, plantea y muestra Florencio en esta  obra  la transmutación del Bautismo desde su “localización”, universal y bíblica, el año 30 de nuestra Era, en otra de adscripción particular, serrana y autóctona, en el 2015). Cambia el río Jordán por el Arromilano y cambia también el árido paisaje bíblico por una frondosa y amena ambientación serrana que hubiera querido para sí como telón de fondo el mismísimo Lucas Fernández, celebrado autor salmantino que vivió entre los años 1474 y 1541, cuando puso a Mogarraz como escenario de una de sus églogas y a los  pastores  mogarreños  como sus protagonistas.


Hasta el suelo bajó  el cielo

Permítaseme hacer una interpretación, en clave de metáfora, de la iconografía y símbolos en esta pintura del Bautismo de Cristo como si se tratara de una instantánea fotográfica a un grupo de comediantes que fueran a interpretar este pasaje sagrado, aquí y ahora, en forma de loa o auto sacramental y donde no solo contaran como personajes las figuras (Cristo, la paloma y San Juan), sino también las cosas: el puente, las rocas, el río, la arboleda, las plantas, las estrellas y los demás elementos y símbolos que habitan esta composición.

El personaje y papel de San Juan es justo que lo mantenga el propio Gregorio Fernández, que se autorretrató en esa figura, aunque también le correspondería muy bien a Don Esteban, el  flamante párroco de Mogarraz.

Por sobradas razones, entre ellas la de su propio nombre de pila, el papel de concha bautismal con que el Bautista derrama el agua sobre la cabeza de Cristo ha de ser, necesariamente, para nuestra magnífica e insustituible alcaldesa.

El personaje de Cristo es, sin duda, para  Florencio.

Está, además, el importante ingrediente de los  símbolos: el puente sobre el Arromilano, que arropa arquitectónicamente esta composición es metáfora del patrimonio cultural, de la tradición, de lo identitario y de la memoria histórica de esta villa serrana.

Las aguas de esta corriente son las vidas (pasadas, presentes y venideras) de todas las generaciones de mogarreños.

La paloma o Espíritu Santo que preside esta composición y los rayos que de ella manan representan la gracia y la inspiración sobre los pinceles del pintor. Florencio, si el nombre de Juan quiere decir “Aquel que está en gracia”, Juan debería ser tu segundo nombre. Como Juan, has venido a este mundo “para dar testimonio de la luz”, la luz de tu pintura. Como Juan eres (en palabras del otro Juan, el Evangelista), “Lucerna lucens, ardens” (Luminaria que brilla apasionadamente).

La constelación de estrellas derramándose desde lo alto sobre la cabeza, los hombros y las ropas de Cristo, simbolizan las almas y las vidas de los mogarreños que nosotros conocimos vivir y morir. La estrella  que Cristo parece acariciar, cercana a su corazón, será  seguramente  la luz de tu propia madre. Cercanas andan  también  Alfonsa y Flora.

Admirados por esta descendida constelación de estrellas bien podemos repetir una y mil veces: “Hoy bajó  hasta el suelo el cielo”.

En estos momentos de gozoso acontecimiento reproducimos con nuestra alegría la del Bautista, que saltó de júbilo en el vientre de su madre al sentir la presencia de su primo Jesús en el seno de María, en aquella sin igual visita.

Comenta el padre Ribadeneyra en su Flos Sanctorum, refiriéndose a San Juan Bautista, que este “mereció bautizarle con sus manos y ver al Espíritu Santo en figura de Paloma sobre Cristo y oír la voz del Padre Eterno que testificaba que aquel era su Hijo benditísimo”.

Florencio, el pueblo de Mogarraz, haciendo suyas estas sagradas palabras, te bendice hoy como  hijo  -el más predilecto-  con la admiración,  gratitud y amor que  sale  de sus corazones proclamando: “Tu eres nuestro hijo amado en quien nos complacemos”.

Tus amigos, en un gozoso subidón de belleza y ante esta obra que hoy se estrena, queremos expresarte públicamente nuestra admiración y tu generosidad. Este momento, imborrable y único, en el que nos sentimos como en la gloria, me ha inspirado el verso (repetido en mi  presentación) con el que voy a finalizar:

                                                 Hasta el suelo bajó el cielo,
                                                 suba  hoy hasta  el cielo el suelo



Muchas gracias

                                               

                                                                     Antonio Cea Gutiérrez
                                                                     Mogarraz, 22 de marzo de 2015


                                                                                                       
                                                                                                 



Florencio Maíllo, “El Bautismo de Jesús”, 300x300 cm., (345x345 cm. enmarcado), encáustica sobre chapa metálica, 2015. Iglesia Parroquial Nuestra Señora de las Nieves de Mogarraz, Salamanca.
                                                                                                       



Baptisterio de la Iglesia Parroquial Nuestra Señora de las Nieves de Mogarraz, Salamanca.